jueves, febrero 21, 2008

ECLIPSE LUNAR. Realidad total.

Pensé que vería el eclipse
reflejado en tus ojos.
En la tierra de Marcelino,
de Menéndez Pelayo.
Pero no pudo ser.


Así calleron los cuarenta,
¡Como un mazo!
No disfruté de
tan hermoso diferido,
el pleno directo viví.




A las cuatro horas justas,
del veinticinco del mes de febrero,
en el mas húmedo lugar,
en el más ajeno posible
de todo el mundo para mí...
Cuatro horas después, digo,
de llegar
a la cuarta década de mi vida,
llegado el ocho
del tránsito del dosmil,
el eclipse viví sin reflejo alguno.

A las cuatro horas exactas,
la Luna desapareció.
Como hiciste tú.
Derribadas caen,
al fin, mis defensas
y las furiosas hordas
mi corazón penetran.
Robaron mis cuatro pertenencias.
Violaron a mis hembras
y a mis pocos hombres fieles
torturaron.

Confirmo y doy fé
de este total abandono:
ambas os fuísteis en cuatros,
en cuarenta,
de esta que moro,
mi vida.



Pensé que vería el Eclipse
en el reflejo de tus ojos
y no pudo ser.
Cayeron los cuarenta como un mazo.
Implacable y seco,
y cuatro horas después
se escondió la Luna.
Al menos sé donde estará ella.
De tí no puedo decir lo mismo.
Ahora sólo eres misterio,
el perfecto camuflaje.
Error brutal el mío
por confiar:
tristeza ante el regalo cósmico,
que acusa del recibo,
tan tarde y tan en punto hoy.

¡...Qué vería el eclipse
reflejado en tus ojos!

¡Inocente fuí!
No pudo ser.


Iván López.
Omm Krixis.

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