EN TIERRA DE NADIE
Catapulta, vida
que son fuerzas.
Ante las que vivo indefenso,
que me retienen en puerto
junto al mar.
Lejos, mi tierra.
Castigáronme en lo mas puro,
naúfrago, vapuleado y dependiente
en un gobierno adoptivo,
en una pensión oscura a
la que no me acostumbro.
Me dejo llevar vagabundo,
por artificio y sedaciones,
por narcóticos paliativos
que són,
al dolor mis sanciones.
Sin compensación.
Ya carezco de intención
alguna
del amor o del cariño
o carícias,
suaves como plumas.
Resbalo y resbalo
por suelos humedecidos,
testigos del Norte,
deambulando ahora solo
del paraiso expulsado,
la boca seca
de tanto haber besado.
La espada de fuego
es ahora persona, no es
trabajo mi castigo,
laborar me lo han robado.
Quieren mi parto dolorido,
ese precio es el que pago,
donde no hay
colchón mullido
y el querer se ha desecado.
Ni Adán ni Eva existen,
murió el amor eterno.
Solo quedan las cenizas
de lo que fué una vez hoguera.
Tal recuerdo, es solo muestra
del calor que un día dieran
los maderos que quemamos
y que ya son solo humo.
Sobredosis de vivéncias,
para una espalda dolorida,
ahora, sola rígida y fría,
que
si sirvió a alguien algún día,
ahora mismo,
ni se acuerda.
G.Iván López Sánchez.
3 Comments:
Qué afortunado es que del dolor crea belleza. Siga escribiendo que yo le leeré. Yo también sufro en tierra extraña.
Hola Iván. Espero estes bien y que no haga falta seguir sufriendo para crear cosas agradables que nos haga disfrutar la lectura.
Besos desde timofónica ;)
Solo puede salir algo tan hermoso como esto cuando se escribe desde lo mas profundo de un corazón desgarrado,solo deseo que desaparezca esa tristeza pero no ese talento que te hace escribir algo tan lindo como esto.
Sigue asi de verdad, muchos disfrutamos leyendote
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