sábado, noviembre 25, 2006

NO SE PUEDE JUGAR CON LA GENTE: EXCLAMATIO.


A nadie le gusta que se rían de uno. Muchas veces nuestras reacciones son inesperadas, o fatídicas en algunos casos. Aunque la intención de la burla no sea con el afán de producir un daño excesivo, la persona que es víctima siempre se sentirá dolida y tal vez las repercusiones no se manifiesten a corto plazo, pero toda acción inevitablemente tiene una reacción o un efecto.
El mal atrae el mal, así como la mala emisión, la vibración nefasta, aunque no se perciba con los sentidos habituales, es en el inconsciente profundo identificado. Pobre del que carezca de tal sentido, porque será engañado como lo son los inocentes; Por que si algo pervive en este nuestro mundo de personas, por desgracia, es el cinismo.
Hacemos las masas oídos sordos a la falsía que nos vende este anómalo entorno disfrazado de económica felicidad. Concurre entre la desgracia y el dolor una minoría que es desconocedora de la realidad más general. Nunca considerarán que por uno u otro cauce cualquier día pueda llegar a ser otro marginado más y quedar sumergido en la discriminación y la carencia. Tendrá que mendigar entonces y sufrir la vergüenza y el desprecio ante y por sus semejantes, vivir en sus carnes lo que hacen ellos.
El valor de los nacidos bajo el injusto sino de no carecer por
herencia, no apreciarán cuanto les ha sido donado, no valorarán el poder del esfuerzo. Son paralíticos sociales abocados a no saber desenvolverse si por una causa accidental o lógica, el sistema quiebra y se hunde.
Somos demasiados, cada vez más. Esta situación que no parece que tienda a cambiar será insostenible en breve, de manera que lo mas probable es que siga habiendo un grupo de favorecidos por sorteo natal y que reciban de sus antecesores lo que otros jamás puedan llegar a tener. Marginados que morirán por la ruleta del poder, culpables de nacer donde nunca se debiera nacer.
Gozar de la estrella de nacer en un lugar, o padecer el infortunio de llegar al mundo donde nada hay, abocados al tormento y la carencia de las armas apropiadas que ayuden a equilibrar adecuadamente esta descompensada balanza social.
No se puede jugar con la gente, no se pueden cerrar los ojos a la desdicha y la desigualdad, no tenemos derecho a callar, sino que nos toca la obligación de gritar tan fuerte como haga falta hasta que se oiga a todos y cada uno de los pobladores del globo tierra.


Omm krixis
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