DIÁLOGOS CON MI BASTÓN
Caminaba por las escaleras
del número 58 que son atajo,
se había abierto el día mientras
estudiaba como andar.
Pasando bajo la porticada
de subida vi y me crucé
con una anciana que
una muleta llevaba.
Cómplice miró a mi bastón
y a mí.
-¡Vaya!- me dirigió.
-Se debe superar- dije yo.
-Pero tu... eres joven.-
-Tiene usted razón-
y me alejé mientras pensaba
que mi empatía le consolaba.
Así me fui y en mi cabeza oí
una voz que decía,
solo tu sabes que esto
te robó la juventud.
Se había quedado un buen día
y caminé
reaprendiendo a andar.
OMM
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