Brotar de arte.

Embebido estoy, que nadie calle a mi lápiz.

Que de él salga lo que hubiere de brotar,

es un infinito cauce que crece sin pudor ni hipocresía fría,

polar,

de helor y calor en uno sólo.

Aire puro para dibujar lo que mi retina un dia retuvo,

lo que mis ojos para ser vertido algún día acumularon.

Sin afán de dañar a nadie,

sin humor de ser mal interpretado...

siento, vivo... más aún, dibujo.

Del lienzo o papel emerge,

del blanco absoluto mana,

solo...

Sin manipulación crece como la flor latente del verano de mis dias,

como la rama de olivo que hoy muéstrase verde,

de oriundo caudal campestre

que de tener sólo tiene el suyo placer de mostrarse incansable;

Del azul celeste

y lúgubre pesar impenitente que al ser dibujado duele.

Nadie podrá acallar mi lápiz,

nadie silencio a mi creatividad puede inflingir,

ni muerte,

nadie ni yo mismo lo intentaré,

nadie ni más aún yo puedo cohartarle,

ni ser cohartado mi arte quiere,

éste, pobre de mi...

ser fascinado por la obra final

que en sí misma inhere.

Observador es, soy, pleno

y primero de lo que en el papel queda plasmado, al final....

el fin del resultado que despierta mi espíritu

y es obra autónoma,

suya y única,

obra a la que amo.

Om krixis.